viernes, 22 de marzo de 2013

Leonard Cohen - Songs of Leonard Cohen (1968)

En esta excepción genética, llamada cantautor crepuscular, Leonard Cohen es sin duda el especimen más carismático. En su carrera encontramos todas las edades del hombre de un modo sustancial y comprensivo, narrado como en una novela por entregas. Así que, si hay algo difícil es escoger entre uno de sus discos y descartar los demás. Decidirse por su disco de debut en un ejercicio de sentido común mal entendido: abre las puertas al neófito a toda la magia que ha de descubrir después, a esa esencia volátil, espiritual, que bañará toda su obra y tantas obras de de tantos que verán en él al profeta de las emociones puras. Además, este disco encierra una extraña homogeneidad, que no se aferra de forma académica a ningún estilo concreto, ni siquiera al folk. Pero por encima de todo presenta unos textos -más que letra- que se agarran al alma de uno de tal modo que ya jamás puede desenvarazarse de ellos. Como Bob Dylan, Cohen es un escritor metido a cantante, cuyo éxito, más que las ventas, ha sido la tremenda repercusión de su testamento. Basta con escuchar estas canciones para percibir el "aroma" del pasado propio y toda la vida futura girando a su alrededor.


viernes, 27 de febrero de 2009

The Doors - The Doors (1967)

Hay muchos discos de debut impresionantes, pero pocos que capturen con tanta fidelidad y fuerza la esencia de un grupo como este. The Doors quedará para siempre en el subconsciente colectivo como prototipo de grupo de rock: transgresor, adelantado a su tiempo, provocador e incendiario. Y nadie como su líder, el carismático Jim Morrison, ha captado la urgencia adolescente por apurar de un trago toda la intensidad de la existencia. Urgencia frustrada que ansia autodestrucción, tan característica de esa "piedra rodante" eternamente insatisfecha.
Este disco imprescindible, histórico, mezcla inconfundible de blues y psicodelia, es de los que ya nunca se olvida. Incisivo, simple y contagioso, esta empapado de esas visiones que querían abrir las puertas de la percepción lisérgica. Signo de una eclosión juvenil desesperada por cambiar el mundo, y testamento indeleble de su fracaso, no puede faltar en ninguna discoteca.


jueves, 11 de septiembre de 2008

David Bowie - The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars (1972)

Nos acercamos ahora a otra de esas personalidades que trascienden el puro papel de músico para convertirse en estrella e icono de una época. David Robert Jones es una figura clave en la historia del rock, y pasará a la historia por su carrera entregada a la teatralidad y al cambio de imagen (por algo se le apodó el camaleón). Su salto a la fama mundial se dió con este increíble disco conceptual, en el que adopta la personalidad de su alter ego, el (golfo) alienígena Ziggy Stardust. La historia de esta metamorfosis es demasiado prolija para detallarla aquí. La cuestión es que Bowie, como es propio del glam que él inventa junto a su amigo Mark Bolan, es maestro en combinar música y espectáculo, adaptando el concepto de los musicales del Broadway al rock. Para ello crea un personaje que aúna elementos de la ciencia ficción y el teatro japonés kibuki. Pero no hay que dejarse llevar por esta puesta en escena y escuchar este disco para darse cuenta de su dimensión inmortal. Tampoco podemos engañarnos con la genialidad de este músico, que ese mismo año (1972), además de este disco, produjo a otros músicos en obras maestras del rock, como el Transformer de Lou Reed. Como es previsible, su influencia en el futuro será inmensa. Imprescindible.


jueves, 21 de agosto de 2008

Motorhead - No Sleep 'Til Hammersmith (1981)

Aunque la discografía de Motorhead es extensa, no hay duda que su obra para la posteridad es este sexto disco en directo. Siempre que hablamos de heavy metal vamos a encontrar admiradores entregados y detractores convencidos. Pero no hay duda que este disco rompe los límites estilísticos por su compromiso con el rock más esencial y transgresor, tan cercano a Hendrix o MC5 como a Black Sabbath o Metallica. Y ciertamente pocas cosas se han grabado con la fuerza arrasadora de este álbum, en donde se muestra la vocación por el directo de la banda, que exhibe todo su potencial. Impresionantes versiones de sus mejores temas anteriores hicieron que saliera directamente en el nº 1 de las listas de ventas británicas, en una época dominada ya por el tecno-pop. Tras la edición de este directo, se sucedieron los conciertos de su gira mundial, confirmando en todo el mundo a los Motorhead como uno de los grandes, icono de las nuevas bandas de heavy que surgían con fuerza en U.K.
Imprescindible para todos los transgresores de de este mundo decandente nuestro.


miércoles, 20 de agosto de 2008

Mike Oldfield - Tubular Bells (1973)

Un chico de apenas 19 años capaz de pergeñar una obra maestra en su debut es algo realmente admirable. Pero si tenemos en cuenta que siendo su aprendizaje básicamente autodidacta crea un disco instrumental tocando él mismo la mayoría de los instrumentos (más de 20), y vende más de 16 millones de copias en todo el mundo durante los primeros años tras su lanzamiento, esta sensación se transforma ya en asombro. Podríamos referir otros datos impresionantes, como que fue el primer disco de futura multinacional Virgin después de ser rechazado por todas las discográficas del Reino Unido o que alcanzó fama internacional gracias a su inclusión en la banda sonora de "El exorcista".
Pero lo que aquí nos importa es que un disco revolucionario en la historia de la música instrumental moderna, rompedor en todos los sentidos. Organizado en dos partes de más de 20 minutos cada una, sin cortes, se concibe en un estilo clásico con instrumentos modernos. Así mismo, su montaje es fruto de un tremendo trabajo de ingeniería que sabe dar en el clavo de la efectividad emocional, con sutileza y perfección. En fin, una escucha obligatoria.


martes, 19 de agosto de 2008

PJ Harvey - To Bring You My Love (1995)

En el rock todas las semillas dan sus frutos tarde o temprano. Y la semilla de pioneras tan grandes como Janis Joplin o Patti Smith no podía caer en saco roto. Aquellas luchadoras nos enseñaron cómo la mujer es capaz de encarnar el espíritu contracultural e indómito de una época. PJ Harvey vendrá a mostrarnos hasta qué punto esta lucha por la igualdad ha sido conquistada por las mujeres, aunque sea a un altísimo precio. Y es que Polly es en realidad una autentica llamarada de reivindicación y también un doloroso grito de angustia existencial. La música puede llegar a escocer y esta es la prueba evidente. En sus dos primeros intentos, áridos desiertos de sobrecogedora belleza, nos mostraba una faceta femenina casi inaudita en su mensaje. En este su tercer disco, sin embargo, se concedió la licencia de sustituir lo descarnado por lo sensual, una ambientación más pop y accesible. Pero ahí se acaban las concesiones. En realidad este contraste entre orquestación amable y rabia contenida provoca un afecto tan devastador en el oyente que no hay duda: estamos ante una obra maestra, que sobrepasa el techo del rock alternativo. Nunca el deseo sexual, la humillación, el crimen pasional, el éxtasis o el sadismo sonaron tan provocadores y angustiosos.


domingo, 17 de agosto de 2008

The Zombies - Odessey & Oracle (1968)

He aquí otra obra de arte atemporal condenada en su momento por el fracaso comercial de sus autores. Tras un primer intento en que no pudieron trascender las listas del Reino Unido, The Zombies decidieron separase tras lanzar este su testamento sónico, en el que todo resulta de una luminosidad apabullante. Se trata de un ejemplo portentoso de pop barroco de los 60's, que encarna la psicodelia más pura y sensual. Cada una de estas composiciones originales, alentadas por un concepto sonoro que las cohesiona, desprende una emoción que va desde la nostalgia y el drama hasta la alegría desbordada. Y esas voces maravillosas, de texturas complejas y aterciopeladas, que tanto recuerdan a otros grandes de la época, hacen de su escucha una experiencia inolvidable. Con el tiempo, algún cretino llegó a decir que este era el "Pet Sounds britanico", no se sabe muy bien si por su calidad vocal o por su importancia histórica. Lo cierto es que su influencia en el pop ha sido inmensa y, como obra maestra, continua abriendo el tarro de las esencias a todo el que se cruza en su camino, sonando tan vital hoy como hace cuarenta años.


viernes, 18 de julio de 2008

The Jesus and Mary Chain - Psychocandy (1985)

Otra vez el post-punk, campo fecundo de resistencia rock en tiempos difíciles, en el corazón de este álbum rotundo, hachazo certero al corazón del pop inpersonal. Los hermanos Reid, desde la inhóspita Glasgow alteraron la historia del rock con este impresionante trabajo de debut, perfecto manual de cómo innovar saqueando el pasado sin inmutarse lo más mínimo. Aquí se encuentran los Ramones con Phil Spector, los Stooges tarareando a Brian Wilson, The Velvet Underground sonando a Sonic Youth. Y lo que encontraron con esta mezcla fue inesperado y perfecto, incluso en escuchas sucesivas. De su talento nace algo tan atronador y tan dulce al mismo tiempo que sobrecoge cuando uno piensa en ello.
Para que nadie se llevara a engaño al escuchar esta candidez melódica que retrotrae a la edad de la inocencia, los chicos manifestaban siempre que tenían ocasión una aguda actitud actitud punk, que despreciaba aparentemente todo cuanto les rodeaba (en esta época solían cantar de espaldas al público, largarse inopinadamente a los viente minutos de concierto, etc.) y les imponía un aura disimuladamente auodestructiva. En fin, este es un disco tan ambivalente en lo superficial como categórico en lo formal. Y la prueba sustancial de que no hay escapatoria al pasado.


jueves, 17 de julio de 2008

The Jimi Hendrix Experience - Are You Experienced (1967)

Ya tocaba hablar de uno de los grandes iconos del rock, una referencia atemporal de lo más genuino, libre de toda contaminación, de este sonido que nos apasiona. Y es que Hendrix fue uno de esos que se cree lo que hace hasta identificarse con ello, y se confunde la persona con el personaje. Como otros, de los que aquí hablamos con frecuencia, hizo del rock una actitud interna, una cuestión de urgencia existencial, y no supo gestionar la fama del músico, ese estado de gracia que es en realidad un grave problema psicológico, ante el que pocos tienen la fortaleza mental y la suerte de reaccionar con sentido común.
El caso es que este extraño cruce de sangre india y afro, curtido en grabaciones y giras con los más grandes de la escena americana, irrumpirá como elefante en cacharrería en el star system británico de los 60's. Un autentico prodigio de la Fender, pero no ciertamente un simple interprete virtuoso. Aquí está la prueba feaciente.
Este disco es una grabación revolucionaria y fundamental que brilla por el uso rupturista del instrumento, para Jimi simple prolongación de su cuerpo, y por su fondo compositivo. Un disco de afiladas aristas, alejado de la complacencia, que invita a la aventura y al desvirgado emocional de una vida a tumba abierta. Canciones bañadas por la angustia existencial y cimentadas sobre el más rocoso subsuelo soul y blues, que el productor Chas Chandler (bajista de The Animals y manager del grupo) sabe leer en profundidad, abriendo las puertas a la psicodelia más salvaje. De aquí surge un álbum iniciático, un disco-faro que culminará con la otra maestra, de la que hablaremos en otra ocasión.


miércoles, 16 de julio de 2008

The Boo Radleys - Giant Steps (1993)

Uno ha de estar muy seguro de lo que hace cuando toma la decisión de dar un salto mortal en el vacío, ya que se arriesga a romperse el cuello en el duro aterrizaje. Por que eso de copiar el título de una de las grandes zancadas que dio el gigante John Contrane es todo un atrevimiento. Pero este disco es uno de esos pocos casos en los que la apuesta sale ganadora, y el premio es ocupar un lugar en el podio de los mejores.
Se trata de un calidoscopio pop de dimensiones inagotables (es nuevo en cada escucha), en el que ruido y dub encajan a la perfección con la trompeta, el clarinete, el cello, la flauta, y las dúctiles voces de Martin Carr y Sice, sonando como un instrumento más dentro del conjunto. Se suceden los paisajes sonoros más y más fascinantes, como valles profundos de belleza sobrenatural. Como la esfera de la portada, preparemonos para un baño de psicodelia personal y embriagadora, transida por la emoción de la efervescencia ruidista en la era Sonic Youth. Dignos sucesores de The Beach Boys y Love, en estas 17 canciones luminosas los Boo Radleys solo harán pop. Pero un pop que por sí sólo nos devolverá la esperanza en que un destello sea capaz de iluminar algo tan monótono y mancillado en nuestros días.


jueves, 26 de junio de 2008

Captain Beefheart & His Magic Band - Trout Mask Replica (1969)

Teniendo en cuenta que este californiano es uno de los personajes más importantes de la historia de la música moderna, no se comprende demasiado bien su nula popularidad. Y es que Don Van Vliet, alias Captain Beefheart, nunca fue un tipo nuy normal, al menos musicalmente hablando. Su obra siempre fue demasiado visionaria y única para ser entendida por el público, incluso a nivel minoritario. Lo cierto es que este disco paradigmático de su discografía deberia ser objeto de etudio para cualquier aficionado a la música.
Fue el medio que con mayor perfección cuajó todas sus inquietudes artísticas, junto a la banda reclutada a tal efecto por él mismo. Los 28 temas de este album doble los escribió Van Vliet en ocho horas y media de inspiración ininterrumpida. Luego vandría todo un largo y penoso proceso hasta su edición, producida por un Frank Zappa expeditivo, que se limitaba a gestionar las instrucciones del artista.
"Trout Mask Replica" es un maremagnum sonoro de los de dificil descripción, con un hilo conductor tan evidente como tortuoso. Un sonido desencajado, vanguardista y primitivo a partes iguales, dominado por una voz insolita, que unas veces muerde y otras golpea, pero nunda deja indiferente. Escuchando esta lección dificil de inpostura musical, se tiene la sensación que es la osadia de unos pocos la que, a fin de cuentas, construye el futuro de todos.


lunes, 9 de junio de 2008

Pixies - Doolittle (1989)

Esto del rock, como otros movimientos artísticos que en el mundo han sido, tiene sus etapas de auge y de decadencia. Y después de un periodo tan fecundo en ideas como los 70's vino el bajón ochentero, tan estéril en la superficie como interesante bajo el felpudo. El caldo de cultivo estaba ahí, y el desencanto tarde o temprano tenía que fecundar las conciencias con algo nuevo y excitante. El pistón de salida fue la inquietud de unos jóvenes inconformistas que sacudieron las conciencias con su alquimia de rock orgulloso, caótico e inconformista. Estos duendes inquietos se pusieron el cuchillo entre los dientes y se lanzaron al asalto del olimpo por el camino siempre peligroso de lo alternativo. Y su progresión fue impresionante. En su primer disco (Come on Pilgrim, 1987) presentaron sus atípicas credenciales, y el segundo (Surfer Rosa, 1988) fue una explosión a las bravas de sus intenciones. Pero fue en este tercero donde mostraron hasta donde podían llegar con su sonido revolucionario. El productor Gil Norton supo pulir todo lo pulible de ese sonido descarnado tan característico hasta convertir este álbum en la biblia del indie. Porque Doolittle será la quintaesencia del rock alternativo, que supo sonar a rock sin dejar de ser alternativo. Un rock de estructuras torcidas y valerosas, en el que lo esencial brotaba del interior y lo inundaba todo. Eso es lo que los hizo grandes, hasta convertirse en una de las bandas más influyentes de la historia. Uno de esos revulsivos que iluminan toda una época, y hace soñar a cualquier adolescente con ser estrella del rock junto a sus amiguetes. Son Black Francis y compañia, para siempre.


sábado, 31 de mayo de 2008

James Brown - Live At The Apollo (1963)

Dicen que nunca se olvidaba una actuación de James Brown. Porque más que simple cantante, se trataba de un autentico "animal de escena". Mandaba como nadie sobre su banda, que le seguía allí donde su genio le guiaba, cantaba hasta la extenuación, bailaba hasta rotura física, y también sudaba y gemia hasta la agonía. Porque ante todo, Mr. Dynamite se entregaba a su público como nadie lo ha hecho, llevando a su terreno a cada asistente y convirtiendo cada concierto en una experiencia extática inenarrable, más cercana a una sesión de vudú que a una celebración godspell.
En 1962 ya hacía seis años que había debutado con su single "Please, Please, Please", y su éxito creciente en los escenarios no tenía su paralelo en las tiendas de discos ni en las listas de éxito. Decidido a cambiar esta situación, y tomando como ejemplo el álbum "In Person" (1960) de Ray Charles, Brown pensó que sólo un disco en directo sería capaz de mostrar su carisma a todo el mundo, y dar finalmente el gran salto a la celebridad. Venciendo todas las reticencias iniciales, grabó el que es considerado por muchos como el mejor disco en directo de la historia. Y es que lo de menos es la calidad del sonido, muy limitado por la primitiva tecnología del momento: lo que cuenta es la sustancia, la capacidad de transmitir, de traspasar el soporte para hacernos partícipes en el sofá de casa de la excitación máxima que se vivió aquella noche en el Harlem. Más que un recuerdo de algo memorable, sirve para instaurar en el oyente el deseo insaciable de haber estado allí.


miércoles, 28 de mayo de 2008

Phil Spector - "Back To Mono (1958-1969)" (1991)

Si hubiese que ejemplificar con un disco la edad de la inocencia, los primeros tiempos del pop juvenil que sustentan todo el desarrollo posterior, no cabe duda que este sería el elegido. Porque aquí se encuentra lo mejor de los grupos corales de la primera mitad de los 60's, los compositores más brillantes, los arreglistas más eficaces... unidos todos por el productor más genial que ha dado el siglo XX. Porque Phil Spektor es un hombre de trastienda con una proyección mítica, equivalente a un interprete fundamental en la historia del rock. A lo largo de 3 cd memorables, recopilación de canciones hechas para ser sencillos de vinilo, se recorre en realidad lo más selecto de su producción, desde The Teddy Bears hasta el fin de su reinado en las listas de éxitos. En el epicentro se situan las canciones de The Crystal y The Ronettes, clímax del sonido de los grupos de chicas, sin los que no hubiera existido ni le falsete de The Beach Boys ni las harmonías de The Beatles. Su mérito está en presentarse aún hoy con la autenticidad de lo verídico y con la cohesión de un espíritu visionario, que es el de este genio raquítico y excéntrico, armado con su famoso "muro de sonido", tan apabullante y deshinbido hoy como el primer día. Y todo expresado a través de ese primitivo sonido mono, símbolo de la intensidad máxima y también peligrosa, pues nos retrotrae a una inocencia que casi se nos olvidaba...

jueves, 22 de mayo de 2008

Dusty Sprinfield - Dusty in Memphis (1969)

Que a una rubia inglesa le llamen "White Lady of Soul" no es cualquier cosa. Y es que Dusty con este disco tocó el firmamento del Soul y decidió quedarse allí. ¿Quíen iba a decir que esta glemurosa estrella del rock inglés iba a tomar este rumbo incierto?. Ya en su larga carrera anterior había demostrado que, además de entonar sabía interpretar, sacrificar la potencia en aras de la expresividad, más vulnerable y sensual. Una voz con "alma" que esperaba su momento estelar. Y este sólo llegó cuando su olfato le indicó la dirección de Memphis, la capital del Soul. Huyendo del encasillamiento en la música melódica, quiso potenciar su talento arriesgandose a entrar en un charco profundo y resbaladizo. Así que lo hizo con mucho, mucho respeto. Y supo elegir a grandes clásicos del género, y también supo envolverlos de la atmosfera orquestal más delicada que uno pueda imaginar. Por supuesto que salió victoriosa del envite, y no solo eso: hizo algo para la posteridad, un modelo perfecto de Soul. Pura magia para los sentidos.

viernes, 16 de mayo de 2008

The Beach Boys - Pet Sounds (1966)

Puede que en este blog se use con más frecuencia de la deseable la expresión "obra maestra". Pero este es uno de esos casos en los que uno está seguro de no equivocarse en el juicio. Porque sin esta "sinfonía para Dios" no es posible entender la historia de la música popular. Es el trampolín necesario para el salto del pop a la edad adulta. Es la banda sonora de la pérdida de la inocencia en aquella California hippy, colgada de su sueño libertario y hedonista; ilusión lisérgica bañada por el sol y la naturaleza. Trece canciones majestuosas para despertar a la realidad de la servidumbre consumista, melancolía de una juventud imposible de retener.
En Brian Wilson, su autentico artífice, se suman, como en muy pocos genios, dos talentos portentosos: la composición y la producción. Es uno de esos iluminados, ninguneado e incomprendido, que a fuerza de intentarlo, por fin consigue destapar todo su talento. Arrastrando a regañadientes a toda una legión de músicos por un extraño camino que sólo él conoce, conseguirá traducir visiones en sinfonias primorosas. Y, en un ejercicio cuasi sagrado de creación musical, parirá insólitas odas juveniles al Altísimo .
Muy lejos de donde rompen las olas en el paraíso surfer, no es nada extraño que la repercusión comercial del disco fuera frustrante. Pero cuarenta y dos años más tarde aún palpita aquí la emoción más sincera que se ha grabado nunca. Simplemente el mejor.

jueves, 1 de mayo de 2008

Led Zeppelin - "Led Zeppelin IV" (1971)

Al afirmar que una sola canción justifica todo un disco o, incluso todo un grupo, es posible que estemos hablando de más de un grupo, pero no precisamente de este. Y es que aquí se encuentra esa obra maestra absoluta que, según el propio Jimmy Page, "cristaliza la esencia del grupo, la refleja de la mejor manera posible. Cualquier músico quiere hacer algo que resista el paso del tiempo, y supongo que nosotros lo conseguimos con Starway To Heaven". Cuando los Zepp publicaron este disco de rock perfecto (también conocido como Zoso por las runas célticas del lomo), la fama del grupo ya alcanzaba un nivel de tales proporciones que amenazaba su propia supervivencia. En tres discos, cada uno mejor que el anterior, ya habían conseguido definir el sonido heavy como nadie antes. Pero ellos, lejos de acomodarse, cuando ya parecía que no era posible superarse, pergeñaron esta vuelta de tuerca definitiva a su sonido, rock en estado puro. Delimitado por el culto al riff-Page, la búsqueda de solidas raíces folk (con sugerentes referencias literarias, como "El Señor de los Anillos" de Tolkien), y las conexiones con los sonidos de la Costa Oeste, aquí late un sonido creado para la eternidad. Mucho más que una canción. Impresionante!

lunes, 21 de abril de 2008

Ramones - Ramones (1976)

Si la adolescencia es la época más difícil de la vida, por ser el tiempo de las espectativas incumplidas, Ramones es su más fiel reflejo. Porque esa urgencia, esa ansiedad y frustración fueron el combustible que les empujó desde su constitución en 1974. Estos pandilleros de Queens, encontraron en el rock el medio perfecto para canalizar su insatisfacción vital y reflejar su mundo de evasiones subversivas. Rabia y simplicidad son los ingredientes básicos de su sonido y también de su actitud desafiante. En este primer disco está toda su herencia: la melodía del pop de siempre pasada por el tamiz de las malas calles y los tiempos dificiles. Sus referentes eran los Beach Boys y todo ese rock primerizo fresco y juvenil. Pero el tiempo de la inocencia había muerto, desde la Velvet hasta los New York Dolls se habían encargado de sepultarla. Y el termino pop era algo demasiado intelectualizado. Hacia falta un término nuevo para definir lo que hacían los Ramones, música sin pretensión alguna, reducida a la mínima expresión en todos los sentidos. Nunca fue un éxito de ventas, pero este disco inauguró algo nuevo, una rebelión que tendría eco mundial, aunque más politizado al otro lado del charco. Aquí está todo lo que es el punk: velocidad, simplicidad, crudeza, inmediatez y sentido del humor. Rock'n'roll y punto.

sábado, 19 de abril de 2008

Tom Waits - Swordfishtrombones (1983)

Hasta este disco, Tom Waits era un tipo extraño dentro del panorama musical, cronista de la noche americana más canalla con un estilo musical anacrónico, inspirado en el jazz y el blues de los 40's y en la música europea de entreguerras. Tras diez años de vida disipada, encontró la estabilidad emocional y artística junto a una mujer. Y eso es lo que le permitió crear esta maravilla. Por primera vez es productor de su propia obra, y cuida con mimo cada detalle. Aquí los géneros y los sonidos se mezclan con las letras en una sinergia perfecta: es al banda sonora de todo un desfile de perdedores, lleno de narraciones tristes y paisajes desolados. El sonido ya no pertenece a ninguna época, sólo a un estado mental, en el que reune una colección de instrumentos tan extraños como sus protagonistas. El resultado es un experimento fascinante, un retrato excepcional de los desclasados y de esa cara oculta de la sociedad en que vivimos. Este narrador de taberna se conviertirá aquí por la magia del amor en testigo emocional de los marginados, aunque siga siendo crudo como la vida misma. Y su excentricidad se hará humana y universal.

martes, 15 de abril de 2008

Carole King - Tapestry (1971)

Aunque lo parezca, este disco prodigioso no es ninguna feliz casualidad. Su autora se dedicó a escribir canciones para otros durante los diez años anteriores, y suyos son algunos de los grandes clásicos del pop y del soul de los 60's. Nacida Carole Klein en el seno de una familia judía de NY, Neil Sekada le cantó aquello de "Oh, Carol" cuando ya despuntaba como compositora excepcional. Con su marido, el letrista Gerry Goffin, trabajó para todos los grandes de la ópoca, desde los Beatles a Aretha Franklin, aportándoles grandes éxitos en su carrera. Tras varios intentos de lanzarse como solista, este su segundo disco fue la gran inflexión en su carrera, pues se convirtió inmediatamente en un gran éxito de ventas y críticas. En linea con el sonido de otros cantauotores folk-pop americanos, como James Taylor y Joni Mitchell (que colaboraron en la grabación), Carole consiguió aquí la cuadratura del círculo, convirtiendo un terreno tan trillado como este en un vergel de frescura atemporal. Cada uno de sus cortes es un éxito que transcurre como una caricia maternal y reconfortante, con fluidez y melancolía, elegancia y sobriedad; no hay aquí lugar para lo edulcorado ni lo lacrimógeno. Letras sencillas, temática universal, melodías inolvidables... hicieron que una mujer entrara por fin y para siempre en un universo demasiado masculino, y le aportase una sensibilidad novedosa, que se impondrá en los 70's. Un disco sincero y directo, lleno de verdad. La verdad de las emociones.

domingo, 13 de abril de 2008

The B-52's - The B-52's (1979)

Otro disco de debut para el recuerdo. Con los B-52 nace una nueva forma de hacer música, tan desenfadada y trivial como esforzada en lo creativo. Para conseguir este pop de juguete, supieron mezclar con acierto el sonido de los grupos de chicas de los 60's, el garaje, el surf y el espíritu anfetamínico del new-wave neoyorkino. Letras llenas de ingenio con una combinación magnífica de voces, que yuxtaponen los gritos casi animales de las chicas (Cindy Wilson y Kate Pierson), con las imprecaciones hieráticas de Fred Schneider. Este disco es actitud post-punk que sabe pintar con surrealimo tanto el entusiasmo como la desesperación de la vida moderna. Es espíritu experimental y provocativo que juega con lo retro de esas pelucas y vestidos horteras, muy en sintonia con el sonido agudo o, más bien, estridente que desarrollan. Es música de baile histérica e irreverente, cargada de una energia nueva que ellos mismos no supieron superar nunca. Es, en suma, un irrepetible ejercicio de pop post-moderno, tan pegadizo como extraño y vanguardista.

viernes, 11 de abril de 2008

Alice Cooper - Love It To Death (1971)

Cuando pienso en un disco de rock ortodoxo, un punto de referencia sónico, siempre me topo en la memoria con este autentico trallazo, puro zumo de mala leche concentrado. En este tercer trabajo, la banda de Vicent Damon Furnier (alias Alice Cooper, renombrada bruja del s. XVIII quemada en la hoguera) fichó al productor Bob Ezrin, que resultó clave para superar la mediocridad inicial y conseguir un sonido tan potente que se situó inmediatamente a la altura de Stoogies, MC5 o los mismisimos Led Zeppelin. Fue un éxito del Top Ten americano, preludio de muchos otros que vendrían después, y supuso el empujón que la banda necesitaba para situarse en lo más alto del Shock Rock, el mundo del espectáculo. Cada concierto pretendía ser lo más parecido a una pesadilla de sangre y tortura, sugestión necrofílica y mucho sudor. Esta provocación glam, envuelta por una ambientación gótica escalofriante, fue una novedad que convirtió a Alice Cooper en uno de los fenómenos de mayor éxito e influencia en la música contemporánea. Pero lo que aquí nos importa es que todo esto no sólo era una pose escénica, sino que consiguieron una combinación de rock'n'roll sureño, hard-rock, garage sesentero y actitud protopunk realmente excepcional. Los más macarras del barrio, seguro.

jueves, 10 de abril de 2008

John Cale - Paris 1919 (1973)

Nada menos que el co-fundador de la Velvet Underground. Aunque Lou Reed puso la voz, las letras y el carisma, John Cale puso los arreglos y el sonido característico de este grupo germinal. Más tarde, como productor, fue la autentica alma mater del punk americano (que normalmente llamamos protopunk para distinguirlo del inglés, una década posterior), desde los Stoogies hasta Patti Smith, y también del New Wave. Sus discos en solitario son variados e inclasificables. Este, del que hablamos, es de los menos experimentales y, sin duda, el más accesible y admirable de todos. Pura poesía y suavidad. Está construido con un tupido entramado de referencias literarias y melodías inolvidables, y rematado por un tratamiento artesanal de los instrumentos, exquisitos y diáfanos. Este sonido nos arrastra al encanto de otra época como sólo una obra maestra de la literatura puede hacerlo. Magia para tus sentidos, amigo!

miércoles, 9 de abril de 2008

MC5 - Kick Out the Jams (1969)

"Kick Out the Jams, Motherfuckers" es lo que grita uno cuando está dispuesto a incendiar el planeta con el rock'n'roll. Es sorprendente contemplar lo rápido que un movimiento social puede radicalizarse, pero en el ámbito de la música rock, de raíz marginal, no es nada extraño sino más bien natural, implícito en su idiosincrasia. El rock no solo está hecho para la evasión; también -y simultáneamente- está hecho para la revolución. Los MC5 son la expresión más viva de ello. Junto con los Stoogies representaron el sonido de una ciudad tan industrial y proletaria como Detroit, la Motor City de su nombre. Mientras que aquellos expresaban la ruptura mediante la locura escénica más truculenta, estos MC5 optaron desde sus inicios (1964) por el compromiso político y la lucha subversiva. Esta radicalización en lo musical es lo que les ha hecho imprescindibles en la historia del rock, pero también les arruinó su carrera: todo el stablishment musical de la época les dió la espalda, les condenó pronto al fracaso comercial y a la ruptura final. El hard-rock, el punk o la New Wave no serían lo mismo sin este directo descomunal, que golpea al estómago de principio a fin como nadie lo había hecho antes.

sábado, 5 de abril de 2008

Bob Dylan - Highway 61 Revisited (1965)

Es difícil enfrentarse a algo más que una obra maestra sin sentir cierta desazón, como vértigo de altura. Y es que Dylan es mucho Dylan. Pero dado que lo suyo fue denunciar la realidad social para desmitificarla, no seré yo quien se descalce para no profanar el suelo que pisó. Robert Allen Zimmerman (24.05.1941 - Duruth, Minesota) es el cantautor más importante del siglo XX, y uno de los músico más influyentes de todos los tiempos. Por sus letras literarias de profundo calado que desafiaban con inteligencia todo lo establecido (incluida la música que se hacia por aquel entonces), se convertirá pronto en representante de la incipiente contracultura americana, nacida de la generación beat, y galvanizador de una juventud pujante que ansiaba cambios con urgencia. Este "hombre joven y enfadado" realizó un trabajo de titanes, del que todos somos de alguna forma deudores. Y este irrepetible trabajo, su sexto disco, constituye el paso definitivo de Dylan al rock electrificado, un canto a la autopista de la libertad y la independencia. Escucharlo detenidamente no es una opción, porque sin este sonido no es posible entender nada de lo que vino después. Acojonante.

Nirvana - Nevermind (1991)

Nirvana no lo inventó, pero le dio la dimensión universal que el rock alternativo necesitaba y merecía. Este disco descomunal es el grunge. También conocido como sonido Seattle, porque nació en este frio rincón de EE.UU., deriva directamente del indie-rock y del hardcore, tomando elementos del noise y estructuras de rock clásico. Lo suyo son las guitarras enérgicas y distorsionadas con cambios bruscos de ritmo que van de la calma chicha a la rabia más visceral. Y las letras son reflejo de la sociedad de consumo nihilista de finales de siglo, y transmiten básicamente apatía y desencanto, vida absurda y sin valores. Lo propio de lo que se vino a llamar "geración x". Este disco se convirtió nada más publicarse en un éxito histórico de ventas, pero también en un clásico de todos los tiempos y un referente generacional. La desastrosa vida de su cantante y líder Curt Cobain, fiel reflejo de ese desencanto vital, saltó a la fama mundial y personificó con su suicidio un nuevo episodio del malditismo que persigue al rock desde sus albores. Siempre "olera" a espíritu adolescente, el rock mismo.

King Crimson - In The Court of Crimson King (1969)

Si decimos que otro disco inicia otro sonido nuevo en los años 60's nos estamos haciendo justicia ni al grupo, ni al disco, ni al sonido. Este es considerado el primer album de rock progresivo, que se convertirá en la influencia predominante durante la primera mitad de los 70's. En solo cinco canciones, estos músicos portentosos desarrollan un concepto nuevo, resultado de convinar improvisación jazz y música clásica con ritmo y esquemas rock, letras reflexivas y tristeza, sin caer nunca en patético. También representa un icono del llamado pop art a través de su impactante portado, que representa a un esquizoide en pleno ataque de pánico. Las letras de Peter Sinfield, las composiciones de Ian McDonald y la guitarra de Robert Fripp (uno de los mejores guitarristas de la historia), constituyen un disco conceptual que sigue sorprendiendo a día de hoy por su novedad y frescura. Puro deleite instrumental.

lunes, 24 de marzo de 2008

Otis Redding - Otis Blue (1966)

¿Otra promesa truncada por una muerte prematura? En este caso fue más que eso: Otis Redding es uno de los iconos del soul de todos los tiempos. Su muerte se produjo justo en el momento en que empezaba a destacarse entre muchos interpretes como él. Su estilo era el característico del sello Stax, el del sur profundo, ese soul que sale de adentro de modo desgarrador y apasionado, siempre acompañado por instrumentos de viento característicos. A pesar de haber publicado dos excelentes discos anteriores, se mantuvo como figura de culto hasta el lanzamiento de este Otis Blue. Fue cuando empezó a ganar notoriedad, y se convirtió en el artista negro que más atrajo a la audiencia rockera, traspasando los límites raciales a base de integrar estilos diversos sin perder un ápice de las raíces soul sureñas. El punto culminante fue su actuación en el festival de Monterrey: solamente Janis Joplin y Jimy Hendrix consiguieron estar a su altura. Poco después de grabar Sittin' on the dock of the bay se estrelló con una avioneta en el lago Monona. La canción llegó al nº 1 de todas las listas y el mundo entero supo quien era aquel chico negro nacido para ser una estrella. Desgraciadamente, desde entonces Otis Redding sólo pudo brillar a través de sus documentos sonoros.

sábado, 22 de marzo de 2008

Joy Division - Closer (1980)

He aquí un disco verdaderamente catártico, y un grupo autenticamente comprometido con su sonido. No hay desperdicio conceptual en la música de Joy Division. El punk del 77 les unió para dar un paso más allá (postpunk), y reclamar un espacio propio, el sobrecogedor eco de la angustia humana, ese que vive en las pesadillas más amargas. Y lo hicieron como nunca nadie antes. Un cantante suicida (Ian Curtis se quitó su angustiosa vida antes de publicarse el disco), una atmósfera agónica, decorado fúnebre, visceralidad y crudeza, urgencia adolescente... todo se une para crear este apabullante segundo disco de un grupo que ya era de culto con el primero. Abanderados del espíritu autodestructivo que otros antes ya cultivaron, conducirán el rock por vericuetos inexplorados, y abrirán múltiples frentes para el futuro, desde el tecno de New Order hasta el sonido industrial de Nine Inch Nail, pasando por el gútico de The Cure, por poner solo unos ejemplos. Escúchalo a solas: no te dejará indiferente.

Tim Buckley - Goodbye and hello (1967)

Siguiendo la estela del gran pionero, el mítico Bob Dylan, surge a lo largo de los años 60 toda una marea de cantautores folk en todo Occidente, que se enmarcan en aquello que se vino a llamar canción protesta. Tim Buckley fue uno de ellos, pero no uno más. Alumbrado en la amplia movida californiana, debutará con solo 19 años con un disco impresionante, y alcanzará la perfección con este segundo, que es el "tarro de las esencias" de su genio creador. Con un estilo muy personal, se inclinará desde el principio hacia lo trágico, y marcado por esa voz privilegiada, penetrante y extremadamente amplia, le dará al conjunto un tono épico inolvidable, ejemplo para todo cantautor que se precie. Tim Buckley hizo pocos discos, pero todos ellos brillaron con luz propia, y tubo un hijo, que prolongo una estirpe de músicos tan intesos como breves. Ambos estará para siempre entre los mejores.

martes, 18 de marzo de 2008

Pink Floyd - Dark Side of the Moon (1973)

Pink Floyd es y será para siempre uno de los grandes. Y este, su noveno disco, figura como su obra maestra. Contribuirá a ello la no menos prodigiosa producción de Alan Parsons. Se trata de una pieza clave, el nacimiento de una nueva era tecnológica, la música electrónica. Además de emplear los métodos más avanzados para su grabación, también supuso la introducción de los sintetizadores y los sonidos pregrabados. Es un disco conceptual, de fuerte inspiración filosófica, cuya temática gira en torno a la locura del hombre moderno, una de las grandes obsesiones de Roger Waters tras la mudanza de Syd Barret al manicomio por el abuso de las drogas. Se tratan múltiples temas, desde el nacimiento a la muerte, pasando por el tiempo, las guerras, el consumismo... todas ellas presiones sociales concretas que llevan al hombre moderno a la enajenación mental. Es, en resumen, un paso más para un genial grupo con vocación experimental, el que fijará ya definitivamente su sonido. Y la prueba de que, a menudo, vale la pena arriesgarse.